Sabrina Darkness llegó al mundo el día veintiuno de Septiembre, en el comienzo de otoño. La mañana era levemente fría, se podían apreciar las gotas de rocío en las hojas que caían sin pausa pero sin prisa de los árboles, pero a su vez alegremente coloreada, teñida de ocre y verde intenso. Los pájaros trinaban una dulce melodía mientras los acordes de unas campanas sonaban al compás en armonía, el cual solo fue perturbado por el sonoro llanto de una niña. Su nacimiento fue como el de una bella flor que llenó de luz la oscurecida y acaudalada familia Darkness.
La diminuta niña con escaso vello en su cabeza, primero fue acogida en los brazos de su padre: el poderoso Gary Darkness. Desde el momento en que el hombre mantuvo con firmeza lo que sería su vida prolongados años, se pudo palpar que ambos tendrían una relación sólida y resistente. Cosa que con el paso de los años se demostró. Hoy en día, padre e hija podrían considerarse uno solo, mientras Sabrina hace todo lo posible por complacer y enorgullecer a su padre para ser digna portadora de su apellido, Gary intenta dar cada capricho a su hija, pero siempre con una mano dura y persistente, para hacer de su hija una bruja realmente poderosa.
Después de muchas lágrimas y esfuerzo, los brazos de su madre la recibieron con algo de hastío. Bien era sabido que, si la bruja de origen francés, Sophie Darkness —de soltera Hinault—, había engendrado un hijo de Gary, era por mantener su posición al lado del hombre y no por el deseo de querer una primogénita. A pesar de ser una adinerada familia, esta mujer quería más y más. Esto se debía al rechazo que Gary sentía por ella. La relación de Sabrina con su madre no se parece ni de lejos a la que mantiene con su padre, ya que, cuando tenía trece años, pilló a esta con otro hombre. Si ya de por sí la relación era mala, desde entonces guarda rencor a su madre, incluso llegando a odiarla.
A pesar del descontento de Sophia, respecto a la elección de Gary referente a quien sería la madrina de su hija, Ursula Müller, esta misma fue quien ocupó ese puesto en su vida. La joven de ojos color miel se siente honrada por tener a dicha mujer como alguien tan cercano en su vida. Desde corta edad la admira casi tanto como a su padre, llegando a querer en ocasiones que ella misma hubiera sido su madre y no Sophia.
Los años fueron pasando mientras Sabrina iba creciendo en un entorno lleno de riquezas, debido a esto, se fue convirtiendo en una persona cada vez más soberbia, caprichosa, llena de altanería y formándose cierta maldad en su interior. A la edad de cuatro años ya era casi imposible estar al lado de ella sin que te atacase verbalmente si algo no le gustaba. Cosa que a algunos les llenaba de orgullo, a otros les afectaba como algo personal y otros tantos preferían evitar el contacto con ella directamente.
Cuando ella cumplió ocho años, fue cuando hizo magia accidental por primera vez. Si alguien le preguntase cuál había sido su día más feliz, respondería sin ninguna duda alguno que era aquel. No solo por haber desarrollado visiblemente el don de la magia, sino porque hizo daño a la persona que más odiaba. Una tarde en la que estaba recibiendo su preciada clase de violín, a las cuales asistía bajo la atenta mirada de su padre, este no pudo estar presente a causa de asuntos que en esos momentos se escapaban a su entendimiento. En su lugar, fue Sophia la que acudió. La niña llena de pedantería, preguntó con superioridad a la mujer que le había dado la vida por su padre. La odiosa Sophia contestó a su pregunta diciéndole que quizás había huido de ella porque no la soportaba. Aquello no le sentó nada bien. En un abrir y cerrar de ojos su madre había salido volando por los aires gracias a una ráfaga de viento que provenía de la joven. Esta impactó sobre un enorme piano que se hizo añicos. Después de aquello, salió corriendo de allí, no quería volver a ver a su madre nunca más.
La niña, con el carácter del mismo diablo, desde ese momento —además de descubrir años después la infidelidad hacia su padre, cosa que solo hizo aumentar su odio—, maltrataba a su madre verbalmente cada vez que podía. Mientras la adoración hacía su padre cada vez era superior.
Con diez años, Sabrina recibió un regalo muy especial de Gary, el cual le serviría con el paso de los años a no dejarse pisar por las personas, dándole una gran lección. El susodicho presente era el cachorro de una leona. Las palabras del hombre fueron: "Aprende a domarla, o si no te domará ella a ti y morirás. Como en la vida, como dejes que te pisen, estás perdida". Sabrina, al principio, algo atemorizada por la gran carga que había recibido sobre sus hombros, asintió levemente con la cabeza, le puso el nombre de Lilith y, con el paso de los años, la leona y ella se convirtieron en uña y carne. No solo logró subyugarla, sino que se convirtió en el ser más fiel que Sabrina tiene a su lado.
A los once años, esta chica de mirada diabólica recibió su carta de Hogwarts colegio de magia y hechicería. Su primer día en la escuela, en la ceremonia de selección, el sombrero viejo, que te manda a la casa que perteneces, no rozó ni dos mechones de su cabello cuando gritó un rotundo "Slytherin", haciendo que ella sonriese a todo el gran comedor como si su infierno personal hubiese comenzado. En dicha casa tenía dos grandes amistades: su primo Giovanni Darkness y Bertram Müller. Cuando el trío estaba junto, muchos de los presentes preferían desviarse de pasillo, no era muy difícil ser el objetivo de sus mofas. Los años fueron pasando y Sabrina se convirtió en alguien temido en Hogwarts por bastante gente, ya que no es una persona a la que le guste pasar desapercibida, burlándose de la gente cuando le venía en gana, pero siempre con la astucia de quedar bien ante el profesorado. Por esa hazaña, la nombraron prefecta —siempre abusaba de su poder— de su casa, y más tarde la nombraron premio anual.
Cuando se graduó con honores, Gary se encargó de explicarle detalladamente acerca de la asociación de magos tenebrosos llamada los Caballeros Oscuros. Sabrina sabía de la existencia de lo que su padre le hablaba, pero jamás le había hablado tan seriamente sobre el asunto. La historia que le contó su padre, despertó en Sabrina las ansias de aprender, de subir cada escalón para llenar de orgullo a los señores de los Caballeros Oscuros: su madrina Ursula Müller y su propio padre. Con el paso de los años, gracias a muchos esfuerzos por su parte, mucho sacrificio, lágrimas y sudor, fue subiendo peldaño tras peldaño en la pirámide de jerarquía, quedando en el segundo escalón. Actualmente es la mujer más joven de dicho lugar.
Algunos vicios de esta chica es que le encanta degustar las diferentes clases de vino y whisky. Tiene un paladar exquisito, tanto para las bebidas alcohólicas, como para las refinadas comidas. También le encantan los instrumentos musicales, lleva tocando el violín desde que tenía memoria y también aprendiendo a tocar el clarinete.
Le encantan las joyas, su objeto preferido en el mundo es una tiara que le regaló su padre cuando cumplió los dieciséis años, diciéndole que algún día sería la princesa de un gran palacio, mientras el sería el rey.
Sabrina tiene crematomanía, lo cual es una obsesión insana por el dinero. Para ella eso es lo más importante en el mundo, piensa que con dinero puedes ir a cualquier lugar o hacer cualquier cosa.
Sabrina Darkness es una joven de una estatura prominente. Tiene unas piernas largas a la par que fornidas, las que suele alargar aún más con espigados tacones, normalmente de color negro, acompañados de unos pantalones ajustados. Es delgada, con una figura muy estilizada, digna de la envidia que suele levantar entre las personas de su mismo género. Su cabello es de color marrón chocolate, aunque muchas veces se puede confundir con el color de las plumas de los cuervos, además es larga y normalmente ondulada. Su rostro está enmarcado por unas facciones aristocráticas, pómulos altos, acompañados de unos ojos de color esmeralda con leves pinceladas color miel, los cuales siempre suelen mostrar maldad en ellos, mostrando una mirada felina y decidida. Sus labios son carnosos y de un precioso color rojo como la sangre.
La chica siempre ha sido una joven que ha sabido con mucha claridad cuáles eran sus propósitos, desde que su padre le instruyó de pequeña. Solo vive para y por esa razón, la cual guarda con recelo dentro de sus pensamientos. Es una serpiente, mala, arrogante, que se ríe de los demás sin ningún tipo de escrúpulo, jugando con ellos y manipulando sus sentimientos. Lo que más puedes llegar a odiar de ella son los aires que se da por portar el apellido Darkness, su pedantería, soberbia y engreimiento son lo que hace que la adores o que tengas ganas de matarla. Tiende a dramatizar las cosas más de lo normal para llamar la atención de quienes la rodean. Además, a esto se le puede añadir que es esa clase de persona que es celosa y posesiva –no toques algo que ella piense que es suyo o te la tendrá jurada para siempre–. También es testaruda y decidida, en pocas palabras, es una luchadora innata que le dará igual pisar a quien sea para conseguir su cometido.
Odia a las personas que van de héroes sin poder llegar a demostrarlo, siempre intenta pisotear a esa gente si la situación se lo permite.